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domingo, 24 de octubre de 2010

MOVILIZACION DE PACIENTES

La movilización de los pacientes es una tarea de mucho esfuerzo y por ello requiere  unas normas básicas para que tanto el paciente como la persona o personas que lo van a movilizar no resulten dañadas en el proceso.
Los cambios posturales y el traslado del paciente de un sitio a otro es una labor que tiene muchos puntos para tener en cuenta, dependiendo si el paciente puede o no colaborar, si es solo una persona o más las que van a movilizar al paciente, si hay algún tipo de lesión o fractura que requiera de algún tipo de  movilización especial para que nadie resulte dañado, etc..
Por todas estas causas y otras que no hemos mencionado, en el caso de no ser profesionales, debemos informarnos de la manera correcta de proceder para ayudar en la movilización de los pacientes, de este modo evitaremos riesgos de dañarnos a nosotros y a él mismo.
A veces no estamos capacitados para desempeñar esta labor ya sea por problemas físicos derivados de contracturas, falta de suficiente fuerza, problemas de hernias, problemas musculares, etc.., o bien por que el paciente no pueda colaborar debido a su incapacidad. En este caso podemos echar mano de los recursos materiales como por ejemplo las grúas para la movilización del paciente.
Las grúas son muy útiles y prácticas ya que nos evitan hacer el mayor esfuerzo que es el elevar al paciente y ayudarnos a cambiarle de sitio Disponen de un pequeño motor y con un mando podemos subir y bajar al paciente, así como trasladarlo ya que la grúa dispone de ruedas.
Hay grúas de un tamaño un poco más reducido diseñadas para su uso en lugares de reducidas dimensiones y para maniobrar a través de puertas estrechas, lavabos, etc., ideales para dentro de los domicilios. Aunque son de pequeñas dimensiones pueden soportar hasta 150 kg.

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